Esta semana abro el periódico y me da que pensar. Me da por pensar si éramos nosotros los que vivíamos por encima de nuestras posibilidades o si bien eran ellos los que se corrompían por encima de nuestras posibilidades. Me da por pensar si la austeridad de unos pagaba yates y áticos para otros. Me da por pensar en qué país tendríamos si todo ese dinero se hubiese invertido en Educación, Cultura y Ciencia –sí, con mayúsculas, porque son la base de cualquier sociedad que se precie–, y no en llenar los bolsillos de algunos. Me da por pensar si seguiremos votando a los mismos o seguiremos el ejemplo galo y romperemos con los partidos clásicos. Y si penaremos a quién nos roba a manos llenas y conciencia vacía. Me da por pensar si todas estas corruptelas salen ahora a la luz porque aún quedan cuatro años de legislatura. Los Bárcenas y Gürtel ya salieron al principio de la anterior legislatura y en tres años los ánimos se calmaron. La técnica del dentista, primero te hace daño y después todo te parece un camino de rosas. Y todo esto con Pujol Ferrusola en prisión sin fianza. Y sin smartphone, sus contactos de redes sociales seguro que le echarán de menos. Todo de golpe, así reducimos el daño. Zoido, Ministro de Interior, asegura que Ignacio González le pidió tomar un café juntos, entendemos que después de decirle a Cerezo «¿aquí qué queda, pegarle dos tiros al juez?«. Y a la tercera Esperanza se viste de plañidera, después de que hayan descubierto en quién ella confió ciegamente. Parecía imposible destronar a Aguirre de su asiento, pero nadie tiene el cuello a salvo en calle Génova. Ya avisó Quevedo: Nace en las Indias honrado,/ donde el mundo le acompaña;/ viene a morir en España,/ y es en Génova enterrado./ (…) Poderoso caballero/ es don Dinero. Si bien es cierto que ahora altera la ruta y de la famosa calle madrileña acaba en Suiza o Panamá.
Relacionados con el caso Lezo parecían estar Marhuenda y Casals, director y presidente de La Razón respectivamente, por haber coaccionado y presionado supuestamente a Cristina Cifuentes. El juez ha sobreseído y archivado el caso provisionalmente, aunque eso no levantará el dedo de la opinión pública. Flaco favor para el periodismo patrio tener a un director señalado por intentar tener más poder del que ya tiene el propio medio. Tan flaco como que Álvaro Ojeda siga trabajando en un medio online, sus crónicas pueden atraer muchos clics, pero son de un bochorno periodístico inconmensurable. Mientras, en Podemos a Íñigo Errejón no le dejan ya ni ir a la Cadena Ser como portavoz en Hora 25. Acabará llevando cafés y haciendo fotocopias en la sede, total, cara de becario ya tiene, pensarán en las cúpulas moradas.
Sigo pensando y, ay, pienso que en cuatro años el enfado se nos habrá pasado, porque no hay más ciego que quien no quiere ver, ni mayor condenado que aquel que no aprende de su historia. Y en España parece que sólo queremos ver el fútbol por la tele y olvidar la historia en el último cajón de la mesita de noche.