Hay semanas valle en esto de la felicidad. Semanas sin picos especialmente altos, sin ningún Tourmalet que escalar. Pero que tampoco te hacen bajar a ningún averno. A veces con eso es suficiente. Hay semanas que la felicidad está callada, como ausente, algo displicente y siempre distante. Semanas que te mira de espaldas y por …
